Opción NO
Levantó el sobre del
suelo y lo miró sin mucho entusiasmo. Lo dio vuelta y observó el remitente:
Megacard S.A. Vio su nombre por la ventana transparente, Lucas Banegas,
dirección y otros números que nunca supo bien que eran.
Comenzó a abrirlo con
menos entusiasmo aun, pero con una cierta satisfacción, sabía lo que
encontraría en el interior.
Retiró el papel
doblado y lo abrió comprobando que se trataba del resumen de gastos de su
tarjeta de crédito. Como todos los meses vio que sus gastos eran mínimos, unos
pocos pesos por los gastos administrativos y otros por una pequeña compra que
había realizado, en total unos $ 50, casi nada.
Pensó que tan
insignificantes cifras debían molestar a alguien en Megacard.
Tenía amigos y
conocidos que tenían dos o mas tarjetas y se encontraban con muchas deudas, de
las que no sabían como salir.
Los catálogos de
compras que venían prolijamente doblados en el interior, con buen papel y
brillantes y llamativos colores, mostraban la foto de una familia disfrutando e
invitaban a comprar televisores de pantalla plana de plasma de infinitas
pulgadas, cámaras fotográficas digitales de múltiple memoria, teatros caseros
de numerosos canales de audio e infinidad de tentaciones que solo acumulaban
deudas.
Lucas se había
comprometido a no caer en esas trampas que Megacard tendía a sus clientes. Por
supuesto que le gustaría tener un televisor de alta definición, pero si no
podía pagarlo no se compraba. A él no lo atraparían asi nomás.
Decidió ir cuanto
antes al banco a pagar.
Podría haberlo hecho
en la ventanilla interna, pero el solo hecho de pensar en la larga cola que
debería hacer y el tiempo que perdería lo desanimó.
Una opción mas rápida
y efectiva era el cajero automático. Solo apretando unas teclas le descontarían
de su cuenta el importe correspondiente.
Vio con agrado que
solo había dos personas delante de él.
A su turno entró en
el pequeño recinto, colocó la tarjeta en la ranura, siguió las instrucciones
que aparecían en la pantalla, cuando de pronto no pudo creer lo que estaba
sucediendo. Por fuera de la cabina todo comenzó a cambiar, si antes veía por un
lado el interior del banco y por el otro la calle con personas y vehículos
transcurriendo, ahora todo iba siendo reemplazado por un prado de un verde muy
intenso. En segundos la cabina del cajero quedó sobre una colina desde donde
podía contemplar un pequeño bosque cercano, mas alla un lago y a lo lejos un
grupo de altos edificios que se perdían en la lejanía.
Receloso al principio
se decidió por abrir la puerta y salir, maravillado por tan espléndido paisaje.
Una leve brisa le sacudió el cabello y el calor agradable del sol llegó hasta
su piel. Se sentia feliz, aunque no sabía como había llegado hasta ahi y menos
aun donde se encontraba.
Dio unos pasos y
comprobó la textura de la gramilla.
- Es real, no se haga
problemas, Lucas - dijo una voz a sus
espaldas
Lucas giró
automáticamente y se encontró frente a un hombre que creyó conocer. Vestía un
impecable traje blanco con camisa, moño y zapatos del mismo color. El hombre
mismo tenía el cabello, prolijamente peinado, canoso lo mismo que su cuidada
barba. La amplia y amistosa sonrisa permitía ver unos dientes igualmente muy
blancos.
- Nos conocemos ?
- Por supuesto que
si: soy Mr.Megacard
Entonces Lucas lo
recordó. Era el hombre que aparecía en los comerciales de la televisión
informando de las bondades de pertenecer al mundo de la "Mágica
tarjeta", asi la definía.
- Pero que es esto ?
Donde estoy ?
- Esto - Y señaló con
los brazos extendidos y las manos abiertas en derredor - es el fabuloso mundo
de Megacard !
Lucas miró extrañado
a su alrededor.
- Si, es muy
interesante. Pero que hago yo aca ?
- Este es un paseo
virtual, sin compromiso de compra, para que conozca que le ofrece su tarjeta.
Luego Ud decide.
- Paseo virtual ?
- Asi es,
acompáñeme.- Y lo tomó del brazo.
Se subieron a un
vehículo descubierto que inmediatamente se elevó. Lucas se asustó.
- No se preocupe, Ud
está comodamente situado en la cabina del cajero automático sin riesgo alguno,
mientras realiza este viaje virtual.
- Pero por que yo ?
- Ah! Es un premio
por ser un cliente puntual en sus pagos.
Lucas sonrió y se dio
cuenta que aquello empezaba a gustarle.
El vehículo se detuvo
en una soleada playa junto a las aguas del lago. Bajaron y caminaron por la
blanca arena.
Caminando junto a
ellos pasaron unas jovencitas con una diminutas tangas que se sonrieron
divertidamente al mirar a Lucas, este no pudo evitar mirarlas mientras se iban.
- Son lindas Verdad?
Y abundan en el Mundo Megacard. Venga.
Y vio como El hombre
de blanco se metía dentro del agua mientras las olas sacudían sus piernas.
- Venga Lucas !
Se decidió y lo hizo
sintiendo la tibieza del agua y viendo lo cristalina que era. ambos se quedaron
por unos instantes contemplando el horizonte mientras mas chicas en bikini
pasaban junto a ellos y los saludaban.
Saliendo del agua
Lucas se sorprendió al ver que Mr.Megacard estaba tan seco como antes. Se
sentaron en unos cómodos sillones bajo una sombrilla mientras un mozo les
servía bebidas.
- Esta es una de las
ofertas del mes. Unas estupendas vacaciones en una playa del Caribe.
Lucas ni lo escuchó
mirando a una rubia que tomaba sol luciendo topless
- Le interesaría
conocer el casino ?
-Casino ? Si, creo
que si
Casi sin percibirlo
la playa desapareció y se encontró en el interior de un lujoso edificio. No
sabía como pero él mismo lucía un smoking negro. Por donde mirara había luces y
gente y música y el inconfundible sonido de las fichas sobre las mesas de
ruleta.
-Jugamos Lucas ?
- No lo creo, no
tengo dinero.
- No se preocupe,
sígame.
Y se acercaron a una
de las mesas mas concurridas.
- Permiso por favor-
Dijo Mr Megacard- Fichas para el Sr.Banegas, tiene crédito.
El croupier asintió y
alargó sobre el paño una considerable pila de fichas de diversos colores.
- Va a jugar Sr ?
- Por supuesto -
Aclaró Lucas mientras miraba a Mr Megacard, quien a su vez le guiñaba un ojo.
Después de varias
apuestas fallidas Lucas observó que su pila había desaparecido. Pero
seguramente le podrían dar mas. Era solo un paseo virtual !
Pero de pronto vio
como Mr Megacard se quedaba estático, lo mismo que el resto de la gente. Acto
seguido todo comenzó a desvanecerse reapareciendo el interior del cajero
automático.
Recién ahi se percató
de una voz femenina que repetía monótonamente " Su crédito ha finalizado
".
Miró de reojo y vio
el interior del banco y a sus espaldas los autos que transcurrían y la gente
que iba y venía.
Se lamentó por no
poder continuar aquel paseo, decidió pagar los $ 50 e irse a su casa.
Pero su sorpresa fue
enorme al ver que en la pantalla figuraba la cifra de $ 5000 a pagar.
Comprobó varias veces
y siempre el mismo resultado. Supuso que era un error y consideró lo mas
acertado ingresar al banco y aclarar esa situación personalmente.
- Srta. Aca dice que
debo pagar $ 5000. Debe haber un error.
La joven tecleó en su
computadora, esperó unos segundos.
- No Sr.Banegas, es
correcto.
- Pero yo nunca hice
una compra por ese valor.
- A ver, espere...
Nuevamente el tecleo,
la espera.
- Aca está. Ud hizo
un paseo virtual cuyo valor es de $ 4900 mas impuestos. Eso es lo que le están
cobrando.
- Pero yo jamás pedí
hacer ese paseo.
- Lo siento, es que
en ese caso tendría que haber apretado la opción NO, eso era todo.
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