ATMÓSFERA
CARA
No
lo podía creer. La boleta de servicios generales estaba en sus manos, le
cobraban tanto por la luz, tanto por el alumbrado público, otro tanto por
limpieza de calles y veredas, recolección de residuos, bomberos, servicio de
sepelio ¡ El colmo ! cobraban el agua que se consumía ¡ El agua ! Algo tan
esencial para la vida…Pero el item que venía a continuación era algo atroz. No
lo podía creer.
Una
de las señoritas que atendía las consultas y quejas se desocupó y con una
amplia sonrisa lo invitó a sentarse.
Asi
lo hizo y al mirar hacia un costado vio que las otras cinco que atendían eran
exactamente iguales, es mas estaban unidas entre si por cables de fibra óptica.
-
Que
deseaba señor ? -
Volviendo
de su asombro prestó atención a la pregunta.
-
Cómo
dijo ?
-
Que
deseaba señor ?
-
Si,
mi boleta.
-
Que
sucede con su boleta. Señor ?
La
permanente y absurda sonrisa le molestó.
-
Mi
boleta está mal
Sin
alterar en lo mas mínimo la sonrisa y la pose contestó.
-
Eso
es muy poco probable señor Por que dice
que está mal ?
Le
alargó la boleta.
-
Mire
el item 8 por favor.- Dijo al tiempo que
también lo señalaba con su dedo índice tembloroso.
Creyó
oir un leve ruido a servomecanismos mientras la empleada giraba lentamente su
cabeza para ubicar su vista en la inclinación adecuada y leer el item 8.
-
No
hay ningún error, señor.
-
Como
que no hay error ? Leyó lo que dice ?
-
Por
supuesto, señor.
-
Y
me dice que no hay ningún error ?
-
No
señor.- Sin abandonar en momento alguno la sonrisa.
-
Pero
léalo por favor, léalo.
La
empleada tardó una fracción de segundo en responder, a veces les ocurría, un
retardo en el procesamiento.
-
item
8: aire de consumo.
Se
quedó mirándola sin saber que decir y mas aun, que hacer. La empleada de
informes y quejas estaba preparada para esa contingencia.
-
Por
si Ud no estaba informado, señor, a partir de la boleta de este mes se
incorpora el Item 8 de acuerdo a una nueva ley aprobada por el gobierno. Dada
la crisis de recursos naturales desde hace un tiempo se cobra a los ciudadanos
el uso del agua que utilizan. Y ahora por la nueva ley también se cobra el aire
que se respira.
-
Me
cobran el aire que respiro ? Como es eso posible ?
-
Es
el mismo concepto por el cual se cobra el terreno donde Ud vive. Todas las
tierras del pais pertenecen al estado y Ud al comprar la suya debe continuar
pagando al estado un impuesto por ese terreno. El territorio nacional
proyectado en vertical hacia arriba conforma el espacio aereo, el cual no está
vacio, sino que tiene aire, por lo tanto propiedad del estado. Asi como se le
puede cobrar por la tierra donde tiene su casa se le puede cobrar por el aire que respira, en definitiva
propiedad del estado.
Se
quedó boquiabierto ante tamaña explicación, la que en razón de la lógica era
coherente.
-
Pero
lo cobran muy caro !
-
El
concepto de caro o barato es algo relativo a su capacidad monetaria, señor.
Además el valor fue establecido conjuntamente con la sanción de la ley por
parte de Congreso de acuerdo al valor promedio de consumo de aire/ dia para
cada usuario.
-
Como
?
-
Usted
por su edad, contextura física y ocupación…
-
Soy
jubilado
La
señorita continuó la explicación sin prestarle atención, tal cual lo hacían las
otras cinco casi al unísono.
-
…es
una categoría D1 y consume menor cantidad de aire promedio que un A1 que corresponde
a un deportista joven.
-
Pero
se da cuenta de lo ridículo de esa medida ? Como nos van a cobrar el aire que
respiramos ? No podemos dejar de respirar. Imagínese si Ud deja de respirar.
-
Ese
concepto es inaplicable en mi, señor, ya que soy un androide tipo
administrativo clase B. No respiro.
El
jubilado, de pronto se paró y blandiendo
la boleta arrugada en su mano comenzó a gritar.
Las otras cinco empleadas dejaron de hablar y giraron levemente la
cabeza a la derecha y arriba observándolo.
Desencajado
se dirigía a toda la gente que hacía cola para pagar el impuesto.
-
Pero
acaso nadie se da cuenta de lo que nos están haciendo ? Nos están cobrando el
aire ! Y encima lo pagan sin protestar.
Avanzó
entre la gente, la que lo miraba con recelo y algunos se apartaban tratando de
poner distancia. Todos lo observaban como se mira a alguien que se cree está
loco.
Tomando
a algunos de sus ropas, los increpaba.
-
No
paguen ! Protestemos ! Unámonos y encabecemos un gran reclamo. Dará resultado.
Primero nos cobran el agua, ahora el aire, lo próximo será cobrarnos un
impuesto por vivir.
-
Cállese
la boca, viejo y pague.- Protestó
alguien desde atrás.
-
Si,
que no moleste ! Que pague ! - Se unieron varios mas al reclamo.
Todos
se fueron alejando del jubilado conformando un círculo en cuyo centro quedó el
anciano, víctima de las burlas y risas de algunos.
-
Que
pague ! Que pague ! –
-
No
voy a pagar un carajo !!
Un
silencio de asombro llenó el hall de la oficina de cobros.
-
No
pienso pagar nada. A mi no me van a doblegar tan fácil como a Uds. Paguen si
quieren, pueden pagar de mas también, total…
El
silencio continuó.
-
Y
saben que voy a hacer para no darle el gusto al gobierno y que no me puedan
decir nada ?
Todos
miraron confundidos esperando saber que.
-
Voy
a contener la respiración. No voy a respirar. Si no respiro no consumo aire y
no tendrán que cobrarme.
Y
tras lo dicho hizo una profunda inspiración y cerró los ojos. En un primer momento
no pasó nada, pero pasados treinta segundos abrió los ojos y se lo notó un
tanto desesperado, pero continuó sin inspirar. Acercándose al minuto sin
respirar comenzó a enrojecer su rostro.
Su
cuerpo le pedía aire desesperadamente, pero en un esfuerzo de voluntad apretó
sus labios con fuerza y con sus dedos comprimió las fosas nasales evitando toda
posible entrada de aire a sus pulmones.
De
pronto no pudo mas y cayó desmayado, sin que nadie hiciera ni dijera nada,
dando su cabeza un buen golpe en el suelo.
-
Dejenme
pasar ! Soy médico ! – Gritó un hombre
entre el público mientras se habría paso.
Se
arrodilló junto al cuerpo y lo revisó ante la curiosidad de todos.
-
Está
muerto ! –
Gestos
de lamento se pudieron ver entre las personas, algunos se taparon la cara,
otros miraban para otro lado.
Por
una puerta lateral aparecieron dos grandes androides de seguridad, los que
levantaron el cadáver y se lo llevaron.
Lentamente
las filas se recompusieron y cada usuario con su boleta ocupó su lugar en la
cola.
La
empleada-androide nuevamente, ruido de servo mediante, dirigió la vista hacia
el público y dijo con su tono mas amable y comercial :
-
Que
pase el siguiente.-
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